viernes, 16 de julio de 2010

una Torre

Toda historia nace en un sueño. La realidad es presente que acontece con el vértigo de un tictac que se repite y olvida. Es en el mundo de lo onírico donde se ordena y se acomoda, se hace leyenda el más trivial de los recuerdos. Es así, o quizá no, quizá es en el sueño donde mueren las historias y al despertar nos enfrentamos a la insoportable levedad del ser. Tengo dudas sobre esto, probablemente se lo debo a este torpe despertar.
Mi garganta está seca y a duras penas mis párpados transigen con liberar a mis ojos de las tinieblas. Don finas películas de mirada semidormida contemplan la habitación en que me encuentro. Es razonable que no la reconozca, ni siquiera me extraño por ello. Siento un vacío con peso propio en el estómago, o quizá es en la barriga donde está instalado. No tengo claro su emplazamiento, pero lo percibo, a pesar de ser una ausencia, como un cuerpo. Es un vacío que está vivo.
Más abajo, entre las piernas, en localización perfectamente identificada, se levanta una parte de mí. Con toda certeza esta parte conserva recuerdos que mi mente no retiene, la envidio y sonrío como haría un hipócrita con la capacidad de engañarse a si mismo.
La sonrisa ha movido músculos de mi cara y he experimentado la sensación de que ésta está conformada por una piel y unos músculos apergaminados, que no es mi cara. De todos modos esto es frecuente en mí, en los archivos de mi mente la imagen de mi mismo debe tener unos diecinueve años a pesar de que tengo cuarenta y cuatro. Pienso en mi rostro basándome en mis archivos y el espejo a diario me comunica con un extraño. Estoy enfadado con mi imagen. De manera que es muy probable que esta piel castigada y longeva sea mi rostro a pesar de sentirla hoy más extraña y rígida que nunca.
Mis ojos están abiertos con normalidad. He empezado a cobrar conciencia del espacio y el tiempo. Esta no es mi habitación, ahora lo puedo afirmar. Las paredes son húmedas y en lugar de ladrillos revestidos se ven con nitidez bloques de piedra tallada alineados en altura para conformar un habitáculo. Estas paredes son irregulares, llegan a una altura de un metro en los tramos más bajos y hasta al menos tres en los más altos. Miro hacia arriba y veo el cielo gris, no hay techo que obstaculice mi observación. Eso explica la intensa luz que me impedía antes, recién llegado de mis sueños, abrir los ojos.
Los músculos agarrotados me indican que he amanecido tumbado en el suelo. A pesar de ello insisto en querer recordar una cama. Me pongo de pie y, a través de los muros más bajos, veo gran cantidad de piedras de la misma forma a estas que forman la habitación. Están dispersas sueltas o unidas en bloques mayores entre fragmentos de madera y al parecer mobiliario muy antiguo. Hay tejas quebradas, cristales y algunas formas indeterminadas de metal, al parecer hierro herrumbroso, me recuerda a barrotes, pero bien pudiera ser otra cosa. Veo algunos zapatos, ropa diversa y llena de escombro. Todo está lleno de escombro, como si hiciera porco tiempo de un derrumbe.
Salto el muro bajo de la habitación, he visto una puerta de madera vieja, pero está en el otro lado.
Una vez fuera tengo ante mí la visión total del desplome. Me llama la atención que la habitación de la que procedo es la única del edificio ahora derruido. En este instante una fugaz imagen, un recuerdo débil se insinúa en mi mente. Torre, yo había soñado con una torre.
La torre estaba vacía. No hay nadie, ningún ser humano bajo los escombros. Eso me tranquiliza pero también me hace pensar que tengo ganas de conquistar mis sueños, pues ahora sí sé que es en el sueño donde mueren las historias.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

I like this...

Semariló

Unknown dijo...

... gracias, la próxima vez escribiremos a duo sobre un hombre extraño llamado Mariló, y sobre una bicicleta matriculada en Sevilla, antes de que una torre llamada Matalascañas se desplome...

Kisses, ah, y aquí tienes la revista Raices

Manuel María Becerro dijo...

Lectura ideal para cuando uno se está metiendo en el sobre.

venus dijo...

Para todos aquellos soñadores que sean capaces de soñar despiertos,a aquellos que despues de despertar sigan soñando...un abrazo de verdad.

Anónimo dijo...

... sigo soñando, ...casi siempre con Venus...

...rf