viernes, 6 de febrero de 2009

leve

A través de los cristales observo como el día mueve a individuos y cosas de un lugar a otro de la ciudad, tengo una imagen parcial de esta actividad incesante, sé que la ciudad se extiende más allá de mi percepción, más allá de mi conciencia, pero sospecho que ese conocimiento acabará siendo relegado al mundo de los mitos, pues llevo un tiempo indeterminado encerrado en esta minúscula habitación y noto como el trozo de mundo que oteo se viene convirtiendo en el único mundo real, en aquello finito que completa este universo que se expande lastimosamente desde mi conciencia, a través de mi mirada.
No sé por qué continúo atrapado, si es mi voluntad culpable o si existen razones exógenas. Mis ojos están en la calle, eso es todo.